Desarrollar una app iOS requiere puede muchas veces presentar complicaciones y retrasos e incluso puede suceder que resulte muy costoso, además puede ocurrir que sea riesgoso desarrollar el proyecto totalmente para comprobar si funciona como esperábamos, por ello una tendencia entre los programadores y empresas de desarrollo de apps a trabajar con en enfoque del Minimum Viable Product (MVP).
El enfoque del Producto Mínimo Viable responde a la interrogante ¿cuáles son las funcionalidades mínimas que requiere una determinada app iOS para funcionar?, es decir se trata de determinar qué es lo esencial en el proyecto, para invertir la menor cantidad de recursos y esfuerzos en lograr una app funcional, por supuesto no se trata de un proyecto acabado, sino un producto que se pueda testear y medir su nivel de funcionalidad.
El MVP ofrece interesantes ventajas, la más resaltante es que no se invierte todo el presupuesto del proyecto (Project Budget) es una hipótesis que no ha sido validada; muchas apps se enfocan en plasmar la idea de sus creadores hasta el más mínimo detalle para luego salir al mercado o ser probada en condiciones reales, esto puede ocasionar que se que de sin margen de maniobra si no está alineada con el mercado.
Ya que realizar los cambios necesarios puede que implique tener que invertir muchos más recursos, que a lo mejor no se tienen, también puede ocurrir que al pensar en un desarrollo completo se retrase el time-to-market y la app iOS desarrollada no tenga el éxito esperado; ello conlleva a que muchas aplicaciones móviles no logren posicionarse adecuadamente en el universo digital.

Desarrollo planificado paso a paso
El enfoque más recomendado para desarrollar una app iOS es seguir paso para ir logrando objetivos que permitan concluir con un proyecto exitoso, hay que considerar que lograr una apps 100% funcional que cubra todas las expectativas y contenga todas las funcionalidades puede llevar bastante tiempo, por ello la tendencia actual es a lanzar una aplicación funcional para probarla en el mercado.
Lo más indicado es hace una aproximación funcional para definir el proyecto. Existen empresas que cuando hacen esto resulta más económico y permite evitar algunos contratiempos; se necesita visualizar la aplicación como si fuese un mapa a partir de capturas de pantallas, definir para cada tipo de usuario que pantallas se requieren, esto permite contar con una completa descripción funcional de la app y ayuda a que haya menos interrupciones en su desarrollo.
Luego de contar con un diseño funcional de la app iOS, hay que separar las pantallas en función de los flujos de usuario para completar una determinada acción, cada uno de estos flujos es una funcionalidad, así una vez se han definido las funcionalidades que va tener la aplicación hay que considerar su costo y ajustar el presupuesto en función de las funcionalidades necesarias para que la app pueda ser lanzada.
Después se van haciendo las mejoras y agregando nuevas funcionalidades, en virtud de la aceptación y requerimientos de los usuarios, hasta lograr que la app cuente con todas las funcionalidades necesarias para mantenerse bien posicionada. Lo mejor para este tipo de cosas es solicitar información en la web de algún desarrollador de aplicaciones móviles para que informe sobre estos procesos.